En tan solo un mes, el actual gobierno de Gabriel Boric ha enfrentado una notable alza en el ingreso de migrantes irregulares en la frontera con Bolivia. Las estadísticas de la Policía de Investigaciones (PDI) revelan un incremento del 3,4% en comparación con el mismo período bajo la administración de Sebastián Piñera, exacerbando la crisis migratoria en el norte del país.
Las cifras recientes son alarmantes. En los últimos 25 días, se han interceptado 4.008 inmigrantes no bolivianos en las cercanías de Colchane, con un abrumador 83,6% de ellos provenientes de Venezuela. Este aumento se traduce en 3.351 venezolanos cruzando el desierto en busca de mejores condiciones de vida.
Desde el 12 de febrero, fecha en la que se promulgó el nuevo reglamento de la Ley de Migración, Bolivia solo ha aceptado la devolución de 530 de sus ciudadanos. A esto se suman 48 venezolanos y 11 colombianos que también fueron devueltos en los primeros días. No obstante, la normativa que obliga a informar a las autoridades bolivianas ha complicado el proceso, ya que La Paz ha bloqueado numerosos retornos.
La ministra del Interior, Izkia Siches, reconoció ante la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara de Diputados que las expulsiones judiciales continuarán, aunque planteó que los flujos migratorios son difíciles de detener. Sus comentarios sobre un supuesto vuelo de ciudadanos venezolanos devuelto a Chile causaron controversia, obligándola a retractarse y generando una crisis en La Moneda.
El fin del estado de excepción constitucional de emergencia el 15 de abril plantea nuevas interrogantes. Aunque se espera que el Ejército continúe apoyando, la responsabilidad principal recaerá en las policías, lideradas por la delegada del Tamarugal, Luz González. La reapertura de fronteras el 1ro. de mayo también añade incertidumbre sobre un posible incremento en los ingresos irregulares, a pesar de la disminución esperada durante el invierno debido a las bajas temperaturas nocturnas.
Fuentes gubernamentales sugieren que una solución más duradera implica negociaciones con Bolivia, un desafío considerable dado que las relaciones diplomáticas entre ambos países están rotas desde 1978. En este contexto, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, tiene programado un viaje al norte la próxima semana para anunciar medidas en apoyo a las comunidades afectadas por la crisis migratoria.
La situación actual subraya la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva para gestionar la afluencia de migrantes y asegurar la estabilidad en la región.