En el vasto lienzo de las lenguas indígenas del mundo, el aymara se alza como un tesoro vivo que conecta el pasado con el presente. A pesar de los retos contemporáneos, esta lengua originaria del altiplano andino no solo ha resistido el paso del tiempo, sino que también se presenta como un mensaje codificado de sabiduría ancestral, relevante para el siglo XXI y las generaciones venideras.
Legado cultural y espiritual
El aymara, con su estructura lingüística única y su rica carga simbólica, es mucho más que un medio de comunicación; es un sistema de pensamiento y una vía de conexión con la cosmovisión andina. Cada palabra, cada expresión, lleva consigo fragmentos de una filosofía que entrelaza lo humano, lo natural y lo espiritual en un equilibrio armonioso. En este sentido, el aymara no solo pertenece al pasado, sino que dialoga con el presente, ofreciendo claves para enfrentar desafíos contemporáneos como la crisis ambiental, la fragmentación social y la pérdida de identidad cultural.
Revalorización
En Chile, la comunidad aymara es pequeña en número, pero inmensa en amor y conexión con su legado. En regiones como Tarapacá y Arica, esta comunidad continúa preservando la lengua aymara a través de prácticas cotidianas, ceremonias espirituales y enseñanzas orales transmitidas de generación en generación. Sin embargo, la globalización, la urbanización y la discriminación histórica han reducido el número de hablantes activos, poniendo en riesgo un tesoro cultural invaluable.
Ante estas circunstancias, la revalorización de la lengua aymara se vuelve no solo un acto de resistencia, sino una necesidad. Iniciativas como la enseñanza del idioma en escuelas locales, el uso de medios de comunicación como el diario Phajsi Wiphala Liwstu y la creación de espacios culturales dedicados al idioma son esenciales para garantizar que el aymara siga vivo en las futuras generaciones.
Mensaje
La lengua aymara también es un mensaje codificado del pasado al presente. Sus conceptos reflejan una forma de ver el mundo donde todo está interconectado, donde la comunidad tiene prioridad sobre el individuo y donde el respeto a la naturaleza es un pilar fundamental. En un mundo que busca soluciones sostenibles y una convivencia más equilibrada, el aymara nos recuerda que las respuestas a muchos de nuestros problemas actuales ya están presentes en las enseñanzas de los ancestros.
El futuro
Para garantizar la supervivencia y el entendimiento profundo del aymara, es fundamental que las políticas públicas en Chile y otros países andinos reconozcan su importancia como patrimonio cultural de la humanidad. Esto incluye la creación de programas educativos, el apoyo a proyectos de revitalización lingüística y la promoción de su uso en plataformas digitales y académicas.
La comunidad aymara, se mantiene firme en su propósito de preservar y transmitir su lengua y cosmovisión. Su amor por sus raíces, su historia y su futuro es un ejemplo de cómo las culturas indígenas pueden aportar riqueza y diversidad al tejido global.
En el siglo XXI, el aymara no solo es una lengua; es un puente entre mundos, un recordatorio de que el pasado puede iluminar el presente y un llamado a construir un futuro donde la diversidad cultural sea valorada y respetada. Revalorizándolo y entendiéndolo, no solo preservamos un idioma, sino una forma de vivir en armonía con el mundo.
Alianza Mundial Aymara (AMA)
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