Una de las medidas más importantes que se han propuesto para mejorar la seguridad ciudadana es la construcción de una cárcel de máxima seguridad para reos de alta peligrosidad. Sin embargo, la decisión de ubicar este nuevo centro penitenciario en una zona con una larga historia de alojar establecimientos similares plantea serias dudas sobre su viabilidad y prudencia. La zona escogida, Pedro Montt, no parece haber sido considerada adecuadamente desde el punto de vista de la participación ciudadana, a pesar de que esta se promueve como un pilar fundamental para el crecimiento y desarrollo de nuestra sociedad. ¿Quién fue el genio o los genios detrás de esta idea?
Si bien estoy de acuerdo con la necesidad de construir una cárcel de máxima seguridad, tengo serias aprehensiones basadas en mi experiencia laboral sobre lo que podría suceder. La pregunta adecuada sería: ¿es prudente instalar un centro penitenciario de máxima seguridad en el sector? Hay varios aspectos que deberían haberse considerado antes de tomar esta decisión.
Primero, Santiago es una ciudad densamente poblada. La construcción de un centro penitenciario de alta seguridad en una zona urbana podría generar preocupación entre los residentes locales debido a problemas potenciales de seguridad y calidad de vida, además de una probable resistencia de la comunidad circundante.
En favor de la decisión, se puede argumentar que la zona tiene acceso a servicios esenciales como hospitales, fuerzas policiales y recursos judiciales, lo cual facilita la gestión y respuesta ante emergencias en el recinto penitenciario. Además, la infraestructura urbana existente puede soportar la construcción y operación de un centro penitenciario. No obstante, esto debe ser equilibrado con el impacto negativo en el tráfico, uso de suelo y servicios públicos.
Sería más prudente considerar ubicaciones fuera de los centros urbanos principales pero cercanas a Santiago, en áreas donde el impacto sobre la comunidad sea menor y donde se pueda garantizar tanto la seguridad como la eficiencia del recinto. Esto también ayudaría a descongestionar áreas urbanas y distribuir mejor los recursos.
Un aspecto crucial es la aceptación y el apoyo político para tal proyecto. Es imperativo realizar un análisis detallado de la opinión pública y consultas con las autoridades locales y regionales para determinar la viabilidad del proyecto.
Si bien técnicamente es posible instalar un centro penitenciario de máxima seguridad debido a la infraestructura y servicios disponibles, es fundamental evaluar cuidadosamente los impactos sociales, urbanos y políticos antes de tomar una decisión final. Deben explorarse ubicaciones periféricas a la ciudad que ofrezcan un mejor equilibrio entre seguridad y calidad de vida para los residentes. Este análisis debe llevarse a cabo con el mismo rigor con el que se busca garantizar la seguridad de los reos y de la ciudadanía. La decisión no debe estar dictada únicamente por la coyuntura actual, sino que debe ser sostenible a largo plazo.
Juan Carlos Hernández Caycho
Presidente Fundación Mariposas de Miraflores
Consejero Regional COSOC SENDA Tarapacá