La urgente necesidad de conectividad para las comunidades aymaras de Tarapacá

En las zonas rurales, los aymaras enfrentan grandes dificultades para mantenerse conectados con las ciudades y áreas urbanas. Esta falta de conectividad limita el acceso a servicios básicos, como educación y salud, además de comprometer la seguridad de estas comunidades en situaciones de emergencia, como accidentes de tránsito, desastres naturales o problemas de salud que requieren atención urgente. Esta carencia de servicios ha obligado a muchas familias aymaras a migrar a centros urbanos como Pozo Almonte y, en su mayoría, hacia Alto Hospicio en busca de mejorar su calidad de vida. Sin embargo, un 20% de esta población reside y permanece aislada, dependiendo de servicios deficientes de internet y telefonía, enfrentando una situación crítica.

Durante décadas, los radioaficionados han desempeñado un papel crucial en conectar a estas comunidades, no solo entre las zonas rurales y los centros urbanos, sino también brindando apoyo a los pescadores, quienes en alta mar dependen de este servicio de comunicación para su seguridad. Sin embargo, estos radioaficionados enfrentan grandes limitaciones, operando con equipos obsoletos y con escaso apoyo institucional. Los proyectos de actualización de sus equipos y mejora en la infraestructura de comunicación han encontrado poco respaldo gubernamental, poniendo en riesgo su capacidad de respuesta ante emergencias.

La Alianza Mundial Aymara (AMA), comprometida con mejorar las condiciones de vida de las comunidades aymaras y costeras, está impulsando y sumándose a iniciativas para optimizar la conectividad en la región, encontrando hasta la fecha poca receptividad institucional. Es imperativo que las autoridades regionales y el Gobierno de Gabriel Boric Font respondan a esta necesidad urgente, particularmente considerando el interés de entidades como el SENAPRED y algunos municipios en fortalecer la comunicación en emergencias.

En memoria de figuras como don Arístides Herrera, quien hasta su fallecimiento hace siete años fue un vínculo vital entre Iquique y los poblados del interior y apoyó a los pescadores de la región, se hace evidente la necesidad de continuar y mejorar este servicio. Don Arístides mantuvo a estas comunidades informadas y seguras durante los sismos de 2005 y 2014, y fue un apoyo constante para los pescadores en zonas remotas. Su dedicación ejemplar demostró la importancia de este servicio, y su legado debe inspirar una respuesta institucional.

Desde la Alianza Mundial Aymara, hacemos un llamado urgente a los Consejeros Regionales, autoridades comunales, provinciales y nacionales para atender esta situación con responsabilidad y sensibilidad. No es solo una inversión en tecnología; es una inversión en la seguridad y el bienestar de los aymaras y pescadores de nuestra región. Dejemos de lado los intereses particulares y prioricemos la comunicación para quienes más lo necesitan.

¡Comunicaciones para Todos!

Alianza Mundial Aymara – AMA