La región de Tarapacá vive un momento clave en su desarrollo comunitario gracias al aumento de la participación ciudadana en espacios de diálogo, planificación y toma de decisiones. Esta creciente implicación de vecinas y vecinos ha generado un impacto directo en el fortalecimiento de las organizaciones sociales, consolidándolas como actores fundamentales del tejido social regional.
Desde juntas de vecinos hasta agrupaciones de mujeres, centros de adultos mayores, colectivos juveniles y organizaciones indígenas, la participación activa de la ciudadanía ha permitido gestionar proyectos, acceder a fondos concursables y establecer redes de colaboración con instituciones públicas y privadas.
Según datos entregados por la Seremi de Gobierno, durante el último año se han duplicado los talleres de formación dirigidos a dirigentes sociales, lo que ha contribuido a mejorar las capacidades de liderazgo, gestión y trabajo comunitario. Además, diversas instancias de participación, como los Consejos de la Sociedad Civil (COSOC), han sido revitalizadas gracias al compromiso ciudadano.
«Cuando las personas se involucran en sus territorios, en sus barrios, los cambios se sienten. Ya no se trata solo de reclamar derechos, sino también de proponer soluciones y de construir comunidad», expresó Claudia Araya, dirigenta del sector sur de Iquique.
Por su parte, las autoridades regionales han destacado que esta participación activa no solo mejora la gobernanza local, sino que también fortalece el tejido social frente a desafíos como la seguridad, la integración migrante, el acceso a servicios y la conservación del patrimonio cultural.
Con el impulso de nuevas políticas públicas orientadas a la descentralización y la democracia participativa, Tarapacá se perfila como una región donde la voz de la ciudadanía no solo se escucha, sino que construye.