¿Cómo reconocer el autismo en la adultez?

Este trastorno afecta a la persona en distintos ámbitos de la vida como el familiar, social, laboral y académico.

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se caracteriza por una alteración en la comunicación, problemas de interacción social e intereses restringidos o conductas rígidas y repetitivas. Su origen es neurobiológico y puede tener componentes hereditarios, pero en la mayoría de los casos no se conoce una única causa. Este se presenta siempre desde la infancia y es una condición crónica, pero puede no ser diagnosticado hasta la adultez.

El Dr. Sebastián Robert, psiquiatra de Clínica Universidad de los Andes, explica que “muchas veces en los casos en que los síntomas son más leves, estos no resultan evidentes hasta la adolescencia o la adultez. Otras veces simplemente no ha habido acceso a evaluaciones especializadas o el autismo ha quedado eclipsado por otras enfermedades o condiciones”.

El paso inicial es una correcta evaluación diagnóstica, exhaustiva y detallada de la persona, idealmente hecha por más de un profesional, incluyendo reportes familiares y ocasionalmente pruebas específicas. Es habitual que los pacientes previamente hayan consultado a múltiples especialistas y profesionales antes de confirmar el diagnóstico, lo que muchas veces puede ser motivo de frustración tanto para ellos como para sus familiares.

Síntomas característicos de autismo en adultos:

Dificultad crónica para adecuarse a situaciones sociales, teniendo problemas para mantener contacto visual o entender conversaciones
Tendencia a comportamientos o pensamientos repetitivos e intereses restringidos marcados
Dificultad para expresar sus propias necesidades o deseos
Pueden tener expresiones faciales, movimientos y gestos mal integrados con el lenguaje verbal
Se sienten abrumados por ciertos estímulos sensoriales, como ruidos o luces
Fuerte deseo a controlar el ambiente y mantenerlo inalterable
Dificultad para comprender normas sociales

Este trastorno afecta en distintos ámbitos de la vida, como el familiar, social, laboral, académico, etc. Y el tratamiento dependerá del grado de severidad de los síntomas, “se puede tratar desde una breve consejería o sesión de educación respecto al diagnóstico y sus implicancias, hasta intervenciones multidisciplinarias que incluyen fármacos, tratamiento psicológico o consultas de terapia ocupacional, que puedan potenciar las habilidades sociales y de autocuidado”, afirma el Dr. Robert.

Es importante que quienes presenten dificultades derivadas al autismo sean apoyados, aceptados e insertados en la sociedad, aportando plenamente a través de sus capacidades. Asimismo, el psiquiatra, concluye que “los tratamientos y apoyo deben adecuarse a las necesidades de cada caso, y tener como objetivo mejorar la autonomía, potenciar la independencia y funcionalidad, para lograr una inserción social que les permita desplegar sus habilidades al grado máximo posible. Así tendrán una buena calidad de vida para ellos y su entorno”.