Elecciones primarias presidenciales: Cuando perder también es ganar

El fin de semana pasado se realizaron las primarias presidenciales de los dos conglomerados con mejores opciones para llegar a La Moneda en marzo de 2022. Para la gran mayoría fue una sorpresa la alta participación y, sobre todo, la preferencia de la ciudadanía por la opción del pacto “Apruebo Dignidad” (AD) en las urnas. Tanto en el nivel nacional, como en el regional, “Apruebo Dignidad” fue la gran victoriosa, ya que, con sólo dos candidaturas, logró 400 mil electores más que “Chile Vamos” en la votación nacional y 5 mil más en la regional. Es decir, Apruebo Dignidad con menos candidatos movilizó más electores.

En la misma tendencia, Daniel Jadue (PC), fue el segundo candidato más votado después de Gabriel Boric, ganándole en votación a cada uno de los cuatro candidatos de la derecha. Esto es sumamente significativo, porque a pesar de todo el aparataje comunicacional y la constante campaña anticomunista, Daniel Jadue y el Partido Comunista quedaron en muy buen pie para el futuro que se viene y revela un importante crecimiento en la adhesión a nuestras propuestas. Esto resulta muy significativo en cuanto al rol que puede y debe jugar el Partido Comunista en las batallas que se avecinan: unidad de la izquierda, lineamientos programáticos, trabajo en los territorios, consolidación de un gobierno para las transformaciones que Chile necesita y las próximas elecciones de consejeros regionales y parlamentarios.

En cuanto a la participación, ésta fue del 21,37% en todo el país. Siendo las primarias más votadas desde que se implementó este mecanismo democrático en el 2013. En Tarapacá, participó el 15,11% del padrón regional y, respecto de las elecciones del 15 y 16 de mayo, asistieron a las urnas el 39,43% de los que votaron aquella vez. Es decir, de cada diez personas que fueron a votar en mayo, cuatro lo hicieron en estas primarias presidenciales y más de dos optaron por el pacto Apruebo Dignidad. También, en la región votaron 2 mil personas más que en la segunda vuelta de gobernadores. Considerando que en nuestra región existe una baja participación electoral, aún así, movilizar más del 10% del padrón en elecciones sectoriales, voluntarias, en contexto de pandemia, en vacaciones y un fin de semana largo, es una buena votación, sobre todo, tomando en cuenta que es la tercera vez que se realizan este tipo de elecciones para elecciones presidenciales y que es una práctica que poco a poco se abre paso en la cultura política de la ciudadanía. Esto revela que hay una mayor conciencia ciudadana acerca de la responsabilidad con los procesos políticos y sociales y que una parte significativa de ese cambio opta por la propuesta de izquierda.

Otra cuestión muy importante es que el debate programático estuvo hegemonizado por las demandas de la ciudadanía, demandas que como partido hemos venido planteando sin titubeos desde 1990. Desde la derecha hasta la izquierda, con las respectivas diferencias y matices, se planteó un mayor protagonismo del estado en la economía, una mayor progresividad y recaudación tributaria, un mayor gasto fiscal, paridad de género, paridad territorial, aumento real del ingreso mínimo, un ingreso o renta básica permanente, mejoramiento significativo de las pensiones y otros. Nadie en la derecha se atrevió a plantear, como años atrás, que el mercado es la solución para las necesidades y derechos sociales. El estado recuperó, en el relato, su papel como principal agente en la vida y realización económica de los habitantes del país. Por tanto, se corrió el cerco de los contenidos programáticos y se amplió el relato hacia contenidos que ha venido defendiendo la izquierda hace décadas.

El próximo año, Chile tendrá una nueva constitución que establecerá nuevas reglas y nueva institucionalidad política, si estas cambiaran sustancialmente y la nueva constitución o el nuevo congreso así lo estableciera, corresponderá llamar a nuevas elecciones en distintos niveles de los órganos del estado. Por lo cual, en lo inmediato, nos corresponde continuar con el trabajo, seguir bregando por la unidad de la izquierda y nuestro pueblo, impulsar en todo los rincones y espacios que el triunfo de un gobierno de Apruebo Dignidad y su candidato presidencial es lo mejor para Chile y su futuro.

En consecuencia, como comunistas e independientes de izquierda debemos estar alegres, obviamente con el sabor áspero de haber perdido, pero no de haber sido derrotados, porque a veces perder también es ganar. Por un futuro con futuro. ¡A cumplir!, ¡A cumplir!, ¡A cumplir!

Rubén Moraga Mamani. Diputado de la Republica por Tarapacá