Chile se ubica en el sexto lugar en tasa de suicidio en América Latina, es decir, existen 9,9 casos cada 100 mil habitantes en 2020 y 2021.
Eso es parte de los datos recogidos por el equipo de investigación del periódico La Calle en su reportaje El corte final: Aumento de acciones suicidas en Chile.
De acuerdo a la investigación periodística, los grupos sociales más expuestos a estas acciones son adultos mayores, escolares y personas de la comunidad LGTBI, en especial los adolescentes. En los últimos años existe un aumento de la tasa de suicidios de un 32%.
Ahora bien, los números reflejan parte del delicado estado de la salud mental en Chile y es un momento adecuado para preguntarnos cómo se abordan estos temas desde el periodismo.
En particular los casos extremos como el suicidio ¿De qué forma aportamos o podemos aportar desde el oficio?
Por lo pronto, ejercer sin caer en sensacionalismos.
Así como ya se habla de evitar el Poverty Porn, o el porno pobreza, al informar o contar historias de vulnerabilidad social y consumo de drogas, es fundamental entender que el dolor y suicidio por sí solos no es lo importante, porque ya es tarde.
Hay que poner el foco de la información y el análisis en las etapas previas.
¿Conocemos las políticas públicas? ¿Sabemos si existen lugares o números telefónicos de apoyo para potenciales suicidas? Esa información podría hacer la diferencia si estuviera constantemente en los medios.
Hablar de salud mental es necesario y relevante en un país que hace años incrementa sus estadísticas en esta materia, escuchar las historias y contarlas con respeto podría ayudar a prevenir.
Recuerdo un caso, de tantos, que ocurrió en el Costanera Center hace muchos años.
Un hombre amenazaba con lanzarse desde las afueras de la gran torre del consumo.
Además de la imagen de esta persona, su dolor y el desenlace, fue tanto o más impactante la reacción de la gente: muchos de los transeúntes sacando sus teléfonos para inmortalizar el momento, escuchándose comentarios como “este hueón es puro show” o “ya pues, tírate de una vez para grabar”.
Lamentablemente, el último obtuvo lo suyo y los medios sólo informaron el hecho, ahí quedó esa noticia, nadie habló del contexto.
Entonces uno se pregunta ¿de qué manera se puede generar un espacio seguro en materia comunicacional? ¿Es posible deshumanizar a tal punto el dolor de alguien que arrastró semejante peso en su alma?.
Mario Mayer, psicólogo experto en salud mental del centro adolescente Alter Joven, establece que “el cariño es el principal factor protector de salud mental”, entonces hablemos desde ahí, contemos historias desde la esperanza y el amor.
Los testimonios de quienes logran salir de ese túnel son valiosos cuando aseguran que siempre hay una esperanza.
Ahí las coberturas periodísticas deben ser inmaculadas en el sentido de eliminar estigmas, estereotipos y lenguaje discriminatorio que en nada aporta.
Lo que se puede mostrar desde este oficio es sólo un pequeño aporte, no obstante, significativo en la suma total.
Pero lo más importante según los expertos, es el apoyo de los padres, ahí está la clave, si ese pilar no es sólido entonces el resto del camino es un tránsito difícil de llevar.
Hablemos de salud mental, hablemos de suicidio.
Ignacio Paz Palma
Académico de la carrera de Periodismo, U.Central.